jueves, 22 de noviembre de 2012

DISPARATES Y NECEDADES (1ra. Parte)


DISPARATES Y NECEDADES (1ra. Parte)
Abrumado por la enorme cantidad de insólitas preguntas que me formulan los lectores del Blog, así como los circunstanciales participantes de charlas, talleres y cursos a los que soy invitado, me veo en la imperiosa necesidad de hacer públicas algunas aclaraciones que creo, son necesarias, y que tienen que ver con la cosmología de nuestros Inkas.
 
Algunas de esas preguntas (leídas en libros o escuchadas en conferencias) son las siguientes:
 
1.       ¿Los Inkas conocieron la “anti gravedad” o la “levitación” para levantar las gigantescas piedras con las que edificaron Saqsaywaman,  y otros lugares arqueológicos?
2.       ¿Fue la ciudad de Cusco la antigua capital de la Atlántida?
3.       ¿Sabían los Inkas que el Universo se originó en el Big Bang?
Aquí les alcanzamos algunas respuestas:
 
1.       Cuando se desconoce la historia y las formas de trabajo de los pueblos antiguos se cae fácilmente en excesos de imaginación a la hora de explicar las maravillas que hicieron nuestros Inkas en el campo de la arquitectura. Las limitaciones intelectuales y la falta de preparación de algunos escritores o conferencistas hacen que su fantasía remplace a la razón y el sentido común. Tanto en la TV como en algunos libros se puede escuchar o leer la frase “…dicen los científicos…” y bajo esa capa opinan lo que se les antoja, apelando casi siempre a la fantasía y el absurdo.
Hay libros en los que se dice que Saqsaywaman, Machupikchu o Tiawanako, fueron obra de gente que “conocía” el uso de la anti gravedad o la levitación para transportar las gigantescas piedras hasta sus lugares de construcción. Por supuesto, para estos autores los pueblos antiguos eran ignorantes, primitivos, sin capacidad de organización ni de trabajo, y que necesitaron para su desarrollo el aporte de gente “superior” venida de otros mundos para ayudarlos con semejante tarea.
 
La anti gravedad no ha sido demostrada empíricamente hasta hoy,  y sigue siendo un tema de ciencia ficción. No existe una máquina que funcione con anti gravedad. Otro tanto se puede decir de la levitación del que apenas se está iniciando su comprensión y las máquinas que usan esa tecnología (trenes que usan la levitación electromagnética) están dando recién sus primeros pasos. La levitación paranormal producido por el “poder de la mente” para mover grandes objetos pesados, sigue siendo una fantasía. Para todos esos autores la ciencia  ficción aplicada a los pueblos antiguos para explicar sus logros solo certifica su ignorancia y su desprecio por el trabajo esforzado y organizado de los hombres antiguos a lo largo de la historia.
 
2.       La mítica Atlántida es otro tema recurrente a la hora de hablar de las culturas “muy avanzadas” que existieron en un pasado remoto. Lo describió por primera vez el filósofo griego Platón (425-347 aC.) en sus célebres “Diálogos”: Timeo y Critias, y actualmente hay decenas  de libros que especulan de mil maneras acerca de su origen, su desarrollo y las causas de su desaparición.
Los “investigadores” la han “encontrado” en diferentes puntos del planeta. Cada cual cree tener la “verdadera ubicación”. No podía escapar a estos desvaríos la región andina y sus pueblos ancestrales. Fue “hallada” la Atlántida en Tiawanako, en el lago Poopó (Bolivia) y también (¡cómo no!) en el Cusco, en el Muyuqmarka de Saqsaywaman, y seguramente más de un libro que explique alguna nueva hipótesis debe estar en prensa, no lo dudo. Todos ellos, sin excepción, fundamentados en un mito que nadie ha podido explicar ni descifrar hasta hoy.
 
Tal vez la Atlántida haya existido alguna vez, tal vez alguien la halle en el futuro, pero especular que fue una civilización “muy avanzada” para su época y convertirla en la "utopía" de las civilizaciones es, en verdad, un exceso y una necedad.
 
3.       Sobre el “Big Bang”,  nombre popular con el que se conoce la teoría del origen del Universo, fundamentada en una explosión inicial  que dio comienzo al espacio-tiempo, hace unos 13,700 millones de años, hay quienes afirman que los Inkas ya conocían esa idea solo porque la palabra “Illa teqsi”, referido al dios Wiraqocha, se traduciría como “energía fundamental o luz primigenia”.
 
La idea de un origen del Universo provocado por una gigantesca explosión inicial, tal como proclama el Big Bang, es una concepción muy moderna y su compresión va más allá de todo conocimiento simple y cotidiano. No es cuestión de términos; de plano, el nombre de “Big Bang” es solo el sobrenombre de una teoría que es una de las más complejas, incomprensibles (para el ciudadano común y corriente), y polémicas de los últimos tiempos,  y ni siquiera está validado en todos sus extremos. Fue producto del descubrimiento de la expansión del Universo que  solo pudo ser posible usando la tecnología avanzada que se logró a partir de mediados del siglo XX. Para explicar el Big Bang es necesario saber mucho de física, de química, de astronomía, de matemática, etc., ciencias que alcanzaron un gran avance solo en los últimos tiempos.
 
Todas las culturas antiguas tuvieron una idea del origen del mundo y casi todas fundadas en la luz como primera manifestación natural del Universo. La Biblia de los hebreos la explica con detalle y muchos otras culturas también la explicaron como el modo más lógico y natural para explicar el origen de la naturaleza. Nuestros Inkas tal vez tuvieron esas mismas ideas pero no tenemos la documentación ni la tradición oral que la respalde. La idea de que “Illa teqsi” sea una luz o energía primigenia solo concuerda con el pensamiento cosmogónico de otros pueblos ancestrales del mundo.
 
Me parece que hay estudiosos que pretenden, muy optimistamente, idealizar el bagaje cultural de los pueblos andinos para hacerlos ver como “muy avanzados” frente a otras culturas del mundo. Nuestro pueblo tuvo sus propios conceptos e ideas acerca del espacio-tiempo pero fueron lastimosamente conculcados, ignorados y tergiversados por el invasor hispano hasta casi hacerlos desaparecer. Su  supuesta “superioridad” así lo exigía.
Por ello, no hay razones para hacer comparaciones absurdas que solo nos llevan a la fantasía, la confusión y el ridículo.